Los sofás negros (o gris oscuro) no parecen una elección para tibios ni la opción más fácil al decorar un salón. Pero, en realidad, un sofá de este color puede dar comienzo a un sinfín de posibilidades decorativas. Al igual que la ropa negra, un sofá negro quedará de maravilla con cualquier color y textura. Súmale los complementos decorativos adecuados, y verás cómo brilla tu sofá por negro que sea.
Aquí hemos recopilado cinco ejemplos de sofás negros en salones con estilos muy diferentes. ¿Con cuál te quedarías?
Brillante. Los colores fuertes, sean cálidos o fríos, resultan aún más brillantes al lado del negro. Sin duda, es una opción arriesgada y, por eso, también un éxito total. Inspírate en este salón de Belén Domecq. Sobre el sofá negro extragrande de Blasco cuelga una obra contemporánea de gran formato y con predominio del negro. También es negra la gran alfombra de esparto que cubre casi todo el salón. Los colores fuertes se han reservado para los muebles auxiliares, como la butaca amarilla y la mesa auxiliar roja. Los acabados pulidos de las mesas auxiliares y de las pequeñas lámparas equilibran el conjunto y reflejan los colores a su alrededor. Via: Casa Decor
Elegante y relajado. Este clásico sofá en terciopelo negro se ha rodeado con una paleta neutra a base de beiges o cremas. El interés lo ponen las diferentes texturas de los cojines o la alfombra. La lámpara y la mesa de centro se han elegido con un acabado dorado que, en un ambiente con unos colores tan contenidos como éste, destaca todavía más. El pequeño puf de mimbre y los flecos trenzados de la alfombra ponen el toque más desenfadado. Via: My Domaine
Étnico y cool. Los matices más apagados de azul, marrón y naranja suavizan el impacto de los sofás negros y resultan más luminosos en salones pequeños. Para dar un toque étnico, coloca cojines como estos, con sencillos estampados geométricos o de kilim. En el suelo, puedes colocar un dhurrie (éste es vintage). Funcionará igual de bien cualquier alfombra étnica de diseño geométrico o a rayas. Completa el salón con más toques étnicos como cerámicas o una manta del sofá. Y como plantas, cactus, por supuesto. Via: Nicolette Johnson
Blanco y negro. Si te gusta decorar en blanco y negro, un buen truco de interiorista es jugar con la escala de grises, y así evitarás caer en el barroquismo. Igualmente, cuidado con los estampados que combinan estos dos colores, son demasiado poderosos. Dosifícalos. En este caso, el sofá contemporáneo solo mezcla cojines grises y blancos. El peso de la decoración recae en los complementos decorativos, como las fotografías de Peter McConchie y las dos mesas étnicas, todo en blanco y negro. La presencia de madera consigue compensar la frialdad que podría tener una decoración exclusivamente en blanco y negro. Vía: Vogue Living
Femenino contemporáneo. El negro y el rosa son una pareja tradicional pero eso no implica que haya que descartarlos en ambientes contemporáneos. Elige un sofá de líneas muy rectas como éste, aquí en un tono gris muy oscuro. Añádele cojines rosas, negros y grises, todos lisos pero de texturas distintas. Precisamente, las texturas aportan mucho en ambientes bicolor, fíjate en los plaids –uno en punto y otro de pelo– y en la trama de la alfombra gris. Los complementos también se han elegido en negro y rosa, como la lámpara de hierro o las flores en la mesa. Para potenciar ese look tan femenino, se han colgado dos grandes retratos de mujeres en blanco y negro.
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