La dueña de esta casa familiar es una empresaria que, entre otras funciones, se encarga personalmente de coordinar la decoración de los restaurantes que posee su cadena. Tardó dos años en adquirir esta vivienda, construida en los años 70 en Madrid, de la que se enamoró desde la primera vez que la vio. Años después, aquí se reúne toda la familia los fines de semana, se organizan a menudo cenas con amigos, y los niños se sienten libres para jugar en la casa y correr por el jardín, un proyecto de la paisajista María Medina.

casa familiar Pablo Gómez Zuloaga ayudó a la propietaria con la reforma de su casa familiar. Suya fue la idea de dividir el salón en dos zonas de estar. En esta, dos sofás Brigitte de Blasco con fundas en lino blanco se organizan a los lados de la chimenea. En la pared, mapa antiguo de Italia que se adquirió en Berenis, como el banco en la trasera del sofá.  

Desde aquí se accede a la segunda zona de estar del salón. Se buscó la simetría de todos los elementos, tanto decorativos como arquitectónicos. Las dos cómodas son de herencia familiar y se emparejaron con dos espejos gemelos de Marita Segovia. Sobre las cómodas, antigüedades que la propietaria adquiere en debalages en Francia, como la pareja de candelabros del XVII.

Desde el salón se accede al comedor por un vano sin puertas. La mesa de madera se encontró en Slou. Sobre ella se exhibe una colección de tíbores orientales. Las sillas se tapizaron con tela de sacos de grano. Las lámparas las encontró la propietaria en un viaje a Tánger. En la pared de la izquierda se colocaron unos azulejos portugueses del s.XVII.

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