Esta es una casa con muchas cualidades. Algunas resultan evidentes, como su luminosidad o una sofisticada decoración. Pero otras te las tienen que contar. Por ejemplo, la casa se ha redistribuido totalmente (incluso se ha cambiado de sitio la cocina) para lograr la continuidad de todos los espacios y que esa luz fluyera de lado a lado de la casa.

Otro aspecto que quizá no se aprecia de un primer vistazo pero que define el nuevo espíritu de la casa es que se quería conseguir una casa sana. Por ello en la reforma se han elegido solo materiales sostenibles y libres de químicos en gran medida, como la pintura mineral de las paredes.

La zona de estar y el comedor comparten espacio. El blanco de las paredes y de los visillos junto al cerramiento de grandes cuarterones de cristal multiplican la luz en esta estancia. En contraste, tapicerías, obras de arte y complementos de vivos colores, como la alfombra, el sofá de terciopelo o el cuadro del fondo, obra de Lorena del Pozo, arquitecta responsable de la reforma y decoración de esta casa.

Una lámpara Tolomeo Mega en color negro acompaña a un sofá de Blasco desenfundable. Ya que se quería una casa sana, se ha puesto especial atención en que todas las telas empleadas sean naturales, como el lino de este sofá.

La estantería se ha realizado a medida. El cuadro es obra de la arquitecta Lorena del Pozo.

En el comedor, sillas setenteras de Willy Rizzo. La mesa se ilumina con una lámpara de hierro de Rokc. Los dos apliques de pared proceden de Rue Vintage 74.

Acorde con la filosofía de «casa sana», en el dormitorio la ropa de cama es de lino. El suelo, incluso en baños y cocina, es tarima de roble al natural.

Via: Nuevo Estilo

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