Los daneses usan una palabra, “hygge”, de difícil traducción al español, que quiere decir algo así como “gente feliz en un hogar acogedor”. Hygge no hace referencia a un estilo de decoración concreto, sino a una actitud en y hacia la casa, propia de los países escandinavos. Para entenderlo, piensa en esto: en los catálogos del gran gigante sueco de la decoración, ¿qué es exactamente lo que te gusta: los muebles o esas puestas en escena tan acogedoras, en las que siempre vemos personas disfrutando de su casa?

Un hyggekrog es un rincón como éste, con unas butacas Hilton, donde ser feliz en casa. Via: El Mueble

Estas son las claves hygge para una casa feliz:

Haz que la decoración de la casa sea importante para ti y tu familia. No es casualidad que los daneses hayan exportado al mundo su estilo de decoración y su concepto “hygge”. Aunque no todas las casas allí son como las que vemos en las revistas o en los catálogos, la mayoría de las familias nórdicas ponen mucho interés y cuidado en la decoración de sus casas, de las que se sienten orgullosos.

Enseña a los niños a respetar la casa. No podemos impedir que los niños sean niños y que tengan juguetes, cuentos y un montón de cosas no siempre ordenadas. No hay problema mientras todo ese lío se quede en su espacio y ellos no conquisten toda la casa. Una amiga sueca me comentó que no entiende por qué muchos españoles llenan sus salones de juguetes. Y me dijo que le sorprende aún más que alguna vez le hayan dicho que eso es algo muy “nórdico”… “En Suecia tratamos de enseñar a nuestros niños desde muy pequeños que deben respetar la casa y los espacios de los adultos”.

Potencia la luz. Una casa luminosa sube el ánimo a cualquiera. Sin embargo, los daneses sólo tienen cuatro horas de sol al día durante el invierno. ¿Su truco? Explotar al máximo la luz natural. La decoración escandinava, siempre luminosa y ligera, se apoya en colores como el blanco roto o el tono arena, matices cálidos del blanco que no resultan fríos ni grises. También puedes recurrir a espejos, situados estratégicamente para duplicar las vistas de una ventana o para atraer la luz hacia un rincón oscuro.

Potencia la luz natural y cuida la artificial. Via: ELLE Decor.

Mima los pequeños detalles. Como son las pequeñas cosas las que nos hacen felices, una casa feliz no necesita ser una gran propiedad. Al revés, demasiado lujo no ayuda al hygge. Aprovecha lo que tienes y cuida los detalles. ¿Qué no cuentas con chimenea? Usa velas, un gran clásico del hygge y de la decoración escandinava, porque llenan de magia la casa. Buena música, lámparas de ambiente que den una luz cálida, fragancias para el hogar… Mima la casa y la casa te mimará a ti.

Lleva la naturaleza a casa. Si tienes “mano verde”, seguro que tienes plantas de todo tipo en casa. Si tu mano no es tan verde, no renuncies: prueba con las suculentas o plantas como potos, ficus, cintas, drácenas o monsteras. Y si tu mano es negra en vez de verde… las flores frescas son lo tuyo. En cualquier caso, el verde es imprescinfible en una casa feliz porque sube el ánimo y alegra cualquier rincón.

Plantas y flores levantan el ánimo. Los sillones y reposapiés son de Blasco. Via: Nuevo Estilo

Rodéate de cosas que te hagan feliz. La cultura hygge consiste en crear un entorno propicio para ser feliz en casa. Y una forma de hacerlo es rodearse de cosas que nos recuerden buenos momentos. Puede ser una galería de fotos de nuestros viajes o un armario heredado cuyo olor a madera nos transporta a la casa de la abuela de nuestra infancia cada vez que lo abrimos.

No gastes sin pensarlo bien. Los daneses no son nada gastosos. Suelen ahorrar para comprar buenos muebles o piezas de diseño, antes que comprar algo que realmente no les fascine solo porque es barato o tiene un descuento.

Fuera desorden. Ordenar no solo mejora el espacio físico, también mejora nuestro espacio interior, nuestra mente. ¿Cómo vas a ser feliz si cada mañana pierdes 10 minutos buscando las llaves antes de salir? El primer paso para lograr una casa feliz y ordenada es “editar” nuestras pertenencias. Debemos quedarnos solo con lo que nos hace felices o resulta útil. El segundo paso es invertir en buenas soluciones de almacenaje (¿te suena esa sección del catálogo sueco?). Así podrás tener todo organizado y conseguir un espacio en calma quitando de la vista las cosas que crean desorden visual.

Una gran estantería ayuda a mantener el orden, una clave del hygge. Via: The Style Files

Crea al menos un hyggekrog (un rincón especial donde sentirte feliz) en tu casa. Para algunos será un cómodo sillón junto a la chimenea donde leer tranquilamente. Pero para otros, su hyggekrog será un vestidor donde organizar toda la ropa y complementos, una pared con las fotos familiares o un escritorio perfectamente organizado para trabajar desde casa frente a una ventana.

Encuentra tiempo para tu tribu… La buena compañía es la esencia del hygge y de una casa feliz. Deja a un lado el móvil y apaga la tele, para disfrutar de un plan de sofá, palomitas y peli con tus hijos. O reúne a tus amigos para compartir una cena deliciosa y un buen rato de charla.

Una casa feliz se comparte con buenos amigos. Via: The Jungalow

¿Será el hygge la razón por la que los daneses son los más felices del mundo? Seguro que allí se sorprenden cuando ven que muchos extranjeros tratan de copiar sus casas a base de velas, plaids de lana y adornos de estilo nórdico, sin entender que hygge es mucho más. Es una forma de (buena) vida, una manera de crear una casa feliz y compartirla con los demás.

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