Tras su reforma, este piso moderno debía convertirse en el marco perfecto para un proyecto de decoración con antigüedades, ya que los propietarios poseían una colección de pinturas, esculturas y tapices antiguos.
Una escultura móvil en hierro, de José Onieva, marca el paso entre las dos zonas de estar. En primer plano, un sofá con fundas realizadas con un lino de Serendipity Fabrics. Detrás una chaise longue antigua y un tapiz belga del XVII. La encargada de decoración ha sido la interiorista María de la Osa.
Los grandes ventanales están vestidos con estores de lino que dejan pasar la luz. La pareja de sofás idénticos es de Blasco. Los maceteros se adquirieron en una subasta y la alfombra persa es de origen familiar.
Sobre la chimenea, cuadro de Jordi Alcaraz adquirido en Anmoder. La butaca de herencia se ha retapizado con un estampado animal. La arquitectura moderna potencia la decoración con antigüedades tan interesantes como las consolas Carlos III.
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