La decoración ecológica es un concepto cada vez más en boga. En moda y cosmética, la sostenibilidad ya lleva años siendo una preocupación importante para un número creciente de consumidores. Nuestros armarios se han ido llenando de ropa de diseñadores con conciencia ambiental y todos hemos aprendido a comprar mejor y desperdiciar menos. También en los cosméticos se extiende imparable esta conciencia y surgen más marcas eco-friendly. Se reducen los envases de todos los «potingues» y nos empieza a sonar eso de que no resulta sostenible, por ejemplo, usar aceites cosméticos exóticos, por muy orgánicos que sean, si vienen desde no se sabe dónde y se van a ir por el desagüe al aclarar.
Comprar decoración y muebles fabricados localmente reduce la huella de carbono. En la imagen, sillón de Blasco, una empresa española de mueble tapizado que elabora productos de calidad duraderos, lo que los hace sostenibles al favorecer el consumo responsable. En su fábrica producen energía eléctrica fotovoltaica, siendo prácticamente autosuficientes, sin generar emisiones contaminantes, ni producir residuos.
Esta concienciación también ha llegado al interiorismo. Desde luego, sobran motivos para apostar por una decoración ecológica y sostenible, como vimos en este post anterior. Si queremos empezar a aplicarlo en nuestras casas, tenemos que pensar en dos niveles: el primero, al comprar los productos de decoración, como pintura, telas o muebles, que, por cierto, no tienen por qué salir más caros. El segundo nivel son los cambios que tendremos que hacer en nuestro estilo de vida y nuestra organización doméstica. Aquí vamos a ver todo lo que podemos hacer al comprar productos.
Cuando vayas a la tienda, empieza siempre preguntando. Ya sea un suelo de madera de bosques controlados, muebles, pintura sin químicos, tejidos eco, papel pintado… cada vez hay más oferta para quienes buscan una decoración ecológica, pero también hay mucha confusión y prácticas poco éticas por parte de algunos departamentos de marketing. Lo que deberías averiguar es la respuesta a preguntas como: ¿de dónde viene?, ¿de qué está hecho?, ¿quién lo produce?, ¿cómo? A veces, esta información la verás en el etiquetado; cuando no sea así, pide más información sobre el fabricante y su proceso de producción. Estos son los conceptos clave, de forma resumida:
Qué significa sostenibilidad: El concepto «sostenibilidad» ha ido cargándose de significado en las últimas décadas. Se empezó a hablar de ello en la década de los 70, entendiendo la sostenibilidad como un desarrollo que nos permitiera «conservar los recursos naturales en beneficio de las generaciones presentes y futuras». Con los años a esta primera fórmula se le han ido añadiendo más contenidos: la protección del medio ambiente, la satisfacción de las necesidades vitales de todas las personas del planeta y, finalmente, el respeto a la diversidad cultural humana.
Qué es un producto sostenible: Aquel que se logra a través de un proceso industrial sostenible. Esto puede definirse como la transformación de materia prima para la creación de productos manufacturados, usando métodos que minimicen los impactos negativos al medio ambiente, ahorrando energía y recursos naturales, de modo seguro para los trabajadores, las comunidades y los consumidores, y con viabilidad económica.
El lino es una fibra textil natural sostenible: no requiere componentes artificiales para su cultivo y producción ni el uso de pesticidas. Tampoco exige mucha energía para su proceso de transformación en tejido. El cáñamo posee características similares. Los dos son considerados tejidos ecológicos. En la imagen, telas de Serendipity Fabrics.
Qué son recursos renovables: Son aquellos que nos proporciona la naturaleza, se recuperan con el tiempo y no se agotan con su uso. Por ejemplo, el sol y el viento para producir energía. O la madera de bosques controlados y plantas como el algodón, el cáñamo o el lino, como materia prima para telas o muebles.
Qué es eco-diseño o diseño ecológico: Son productos que se han diseñado y producido para reducir su impacto ambiental en todo su ciclo de vida. Esto requiere que el aspecto ecológico se tenga en cuenta en la misma medida que otros factores empresariales, como los costes, el beneficio, la demanda del producto, su diseño o su distribución.
Qué es comercio justo: Esta es la pata social de la sostenibilidad. Productos éticos son aquellos que se producen pagando un precio justo a los proveedores, sin trabajo infantil y en condiciones seguras para los empleados. Normalmente, se aplica a aquellos productos que respetan y retribuyen a las comunidades en las que se producen, en cualquier parte del mundo. El comercio justo es un concepto que va más allá y suele orientarse hacia el comercio internacional de productos cuyo origen está en zonas desfavorecidas del planeta, garantizando que se paguen precios justos a todas las partes implicadas.
Certificaciones y sellos en decoración ecológica
Estos certificados y sellos sirven para reconocer que un determinado producto posee propiedades ecológicas y/o ventajas para el medio ambiente, de acuerdo a ciertos criterios o normativas. Otros se refieren a las implicaciones sociales o éticas de su producción. Pueden ser de ámbito internacional o nacional, y depender de organismos públicos, asociaciones, empresas privadas…
Madera: El Forest Stewardship Council (FSC) es un símbolo internacional de calidad que aparece en muebles y objetos fabricados con maderas procedentes de bosques gestionados de forma sostenible, es decir, con respeto al medio ambiente, conciencia social y viabilidad económica. Es el más utilizado en Europa.
Textiles: Son muchos los certificados para los textiles que buscan garantizar tanto su respeto medioambiental (desde el uso racional de agua de riego en los cultivos utilizados para producir fibras naturales, hasta el manejo de productos químicos en la producción de fibras), como que son seguros para el consumidor, duraderos y de calidad. Uno de los más populares es Oeko-tex, enfocado en la seguridad y la ausencia de sustancias nocivas en la producción textil. Otro muy interesante es GOTS (Global Organic Textile Standard), el estándar líder en todo el mundo para tejidos orgánicos.
Los tejidos ecológicos deben ser cuidadosos tanto con el planeta como con las personas (¡o mascotas!) que los utilizan. Hay diversos sellos de calidad que certifican las telas. En la imagen, telas de tapicería de Blasco.
Químicos: Estamos expuestos constantemente a sustancias químicas, especialmente a través del aire que respiramos en espacios interiores como oficinas, colegios o edificios, sin olvidar, por supuesto, nuestras propias casas. Estos productos químicos se denominan compuestos orgánicos volátiles (COV) y llegan a nosotros desde los materiales de construcción, la pintura, el papel pintado, los muebles, los productos de limpieza… Greenguard es una certificación que se otorga a productos diseñados para espacios interiores que cumplen unos límites estrictos de emisiones químicas y que ha sido probado en más de 10.000 químicos.
Comercio justo. En decoración ecológica se pueden encontrar un montón de artículos maravillosos que cumplen con los principios del comercio justo: telas, objetos decorativos, colchas, utensilios, alfombras… Todos parten del respeto a la identidad y cultura de los pueblos que los producen. En su elaboración suelen utilizarse materias primas naturales y técnicas artesanales que se han transmitido durante generaciones. La Organización Mundial del Comercio Justo (WFTO) es la entidad más reconocida de este movimiento internacional. Los productos de comercio justo cuentan con alguno de los sellos que otorgan las diversas certificadoras miembros de esta organización.
Próximo post, ¿qué podemos hacer en casa para hacerla más sostenible?