La decoración sostenible no es un estilo, ni busca un look concreto. No es una tendencia ni una moda pasajera. Es una forma de decorar, cada uno con su estilo, buscando crear una casa saludable y, a la vez, reduciendo el impacto ambiental de todo el proceso decorativo, desde los materiales constructivos y las instalaciones hasta la pintura, los muebles y las telas. Por supuesto, no se trata de echar toda la casa abajo ni de tirar todo lo que ya tenemos (eso sería realmente antiecológico), sino de ser conscientes de que también al decorar podemos reducir nuestra huella ecológica.

¿Por qué cada vez más decoradores, empresas y clientes están cambiando el chip y aspirando a una decoración sostenible?

decoracion sostenibleEsta casa andaluza apuesta por la decoración sostenible. Decorada por Marta de la Rica, se basa en elementos naturales, como esparto, cáñamo, mimbre, lino… En ella encontramos objetos reciclados, muebles realizados con respeto por el medio ambiente y muchos procedentes de artesanos o fabricantes locales, como el sofá de lino Collins, de la empresa española Blasco. Via: Nuevo Estilo

Razón #1 Por el  futuro del planeta y de las próximas generaciones

La sostenibilidad busca proteger al medio ambiente y conservarlo. Si cuidamos y mantenemos nuestro planeta en las mejores condiciones, garantizamos que la existencia de la vida humana continue siendo no solo viable, sino placentera, y que pueda seguir todo, al menos, como hasta ahora lo hemos conocido.

Razón #2 Por nuestra salud y la de nuestra familia

Usando materiales sostenibles y ecológicos cuidamos la salud al evitar muchos productos químicos innecesarios –por ejemplo, en las pinturas–, o disfrutamos de las propiedades de materiales naturales que nos aportan grandes beneficios, como el lino, el yute o el cáñamo. Y mucho más, porque trabajando por una decoración sostenible reducimos el impacto energético al aprovechar eficientemente los recursos, como el agua o la electricidad, y minimizamos los desechos, con lo cual mejora el medio ambiente en aspectos como la calidad del agua o el aire que respiramos, factores que inciden de lleno en nuestra salud.

En este piso madrileño. decorado por Lorena del Pozo, los materiales son un 80% libres de tratamientos químicos, no encontraremos ni una fibra sintética, las paredes se pintaron con pintura mineral con certificado ecológico… Los materiales son, siempre que sea posible, naturales, como la tarima de roble sin tratar o el lino del sofá, que al ser un modelo desenfundable puede lavarse en casa.

Razón #3 Por nuestro equilibrio psíquico

La mayoría de productos sostenibles se basan en el uso de materiales naturales y se inspiran en la propia naturaleza. Son muchos los estudios científicos que demuestran los beneficios que para nuestro bienestar mental tiene el contacto con la naturaleza. Y en esta línea ya apuntaban antiguas filosofías, como la japonesa «shinrin-yoku», algo así como «baños de bosque», que consiste exactamente en eso: sumergirse en el bosque y disfrutar regularmente de paseos y contactos con los árboles. También se puede llevar la naturaleza a casa, decorando con plantas, que purifican el aire, usando muebles de madera de origen sostenible, o cultivando y disfrutando de un huerto en el jardín o la terraza.

Razón #4 Por apoyar los negocios sostenibles y las empresas locales

Cuando tomamos decisiones de compra, enviamos a la sociedad y a los políticos un poderoso mensaje. Y si apuestas por este tipo de empresas, ayudas a que consigan más impacto, crezcan a escala y compitan con las multinacionales. Una empresa sostenible prioriza el uso de los recursos renovables y tiene procesos respetuosos con el medio ambiente. Comprar en negocios locales que fabrican donde venden también ayuda a reducir la huella de carbono, al ahorrar en transporte.

En decoración, como en todo, estética y ética pueden ir juntas. Es tan fácil como que al tomar cada decisión decorativa tengamos en cuenta cómo y dónde se han fabricado los productos, qué materiales se han utilizado en su producción, cuánto nos durarán y cómo será el final de su vida útil.