Los sofás curvos son tremendamente atractivos, sofisticados y muy chic. Aunque la idea de un sofá curvo no es revolucionaria, hasta hace pocos años este tipo de sofá era exclusivo de casas cuyos dueños, un tanto excéntricos, podían permitirse que en su salón primara la estética por encima de cuestiones prácticas. Pero esto ha cambiado, y mucho.

sofá curvo BlascoEste sofá curvo y modular de Blasco, una pieza casi arquitectónica, tiene también un aire orgánico y natural gracias a sus fundas de lino azul. Es el modelo Davis.

Además de glamurosos y acordes a las nuevas tendencias decorativas (muchas curvas y diseños orgánicos sin aristas), los sofás curvos han demostrado ahora una ventaja importante frente a los sofás de líneas rectas: favorecen la socialización. Los salones de hoy están más pensados para la interacción personal y menos para sentarse todos a la misma hora frente a un televisor. Estos aparatos han dejado de ser el punto focal en el salón (afortunadamente) y languidecen desde la llegada de Internet, Youtube, Netflix, la televisión a la carta… El cambio ha sido tan grande que, de acuerdo a las estadísticas recientes, más del 70% de la generación millennial solo consume TV en streaming. Y eso ha convertido de nuevo el salón en un espacio para la conversación y la vida familiar y social, donde un sofá curvo puede ser una solución a la vez estilosa y práctica.

Ideales para favorecer la conversación y disfrutar de la compañía, los sofás curvos reinan en salones sin tele. Via: Elle Decor

Aun así, quizás resulta difícil decidirse por un sofá curvo y abandonar nuestra zona de confort que consiste en pensar solo en sofás de líneas rectas paralelos a las paredes del salón. Si bien es cierto que un sofá curvo necesitará más espacio que los tradicionales rectos que se adaptan a las esquinas de las habitaciones, lo compensará con toneladas de estilo y un plus adicional: incluso en un espacio pequeño, un sofá curvo puede ofrecer más plazas de asiento que una rinconera, ya que en está última la esquina es prácticamente inutilizable para sentarse.

Emily Henderson decoró este salón social con piezas de asiento que encontró en rastros y luego retapizó en terciopelo. Entre todas, destaca este sofá curvo retro colocado en el centro del espacio.

Quizá por eso los sofás curvos han sido amados por grandes interioristas y diseñadores, desde los icónicos sofás redondeados de Isamu Noguchi o Pierre Paulin, hasta grandes interioristas actuales como la mediática Emily Henderson, que los incluyen con frecuencia en sus proyectos.