¿Qué define a un sofá de lujo? Si es una cuestión de precio, entre los sofás más caros que alguien con mucho dinero puede permitirse, está el icónico PK31 de Poul Kjærholm para Fritz Hansen, cuyo precio parte de 22.000 euros; el reeditado Vis a Vis de Gala, diseñado por Salvador Dalí, en tu casa por unos 38.000 euros, o The Zephyr, el sofá «glossy» diseñado por Zaha Hadid, que solo se realiza por encargo previo pago de unos 25.000 euros.

¿El más caro? Si descontamos antigüedades, probablemente sea el sofá Onyx de Pierre Gimbergues. Se trata de una combinación de fibra de carbono y piedra volcánica tallada a mano, que da forma a un (no sabemos si cómodo) sofá de más de tres metros de largo. A la venta por más de 100.000 euros.

Si nos guiamos por el precio, uno de los sofás más caros del mundo es el sofá Boa de Edra. Enrollado con forma de nido, está hecho con un tubo de terciopelo de 90 metros de largo, relleno de poliuretano flexible y pluma de ganso. ¿Precio? Unos 25.000 euros.

Estos son, sin duda, algunos de los sofás más prohibitivos del mundo. ¿Pero es el precio lo que define realmente a un sofá de lujo? Estos son los factores que, según los expertos, hacen que un sofá merezca calificarse como «de lujo»:

#1 El diseño

Empezamos por este punto porque un diseño de lujo no es solo cuestión de apariencia: un buen diseño debe aunar una imagen atractiva (ser bonito) con lo que de verdad se espera de él (ser cómodo). Y para lograrlo, la experiencia del fabricante resultará fundamental. Además de forma y función, un sofá de lujo debe considerar otros aspectos, como la ergonomía y, algo muy demandado hoy, la sostenibilidad de los materiales elegidos en su diseño y de su proceso de fabricación.

#2 Los materiales

No todos se ven a simple vista, pero este segundo punto es definitivo para reconocer un sofá de lujo (y factor decisivo en su precio). Pregunta al vendedor qué tipo de estructura arma el sofá, qué suspensiones tiene, y qué relleno se ha empleado en cojines de respaldo y asientos. Después, «inspecciónalo» tú mismo, levantando cojines o abriendo cremalleras.

En un sofá de lujo lo que verás son estructuras internas de madera maciza (no contrachapado), generalmente ensamblada. Encontrarás rellenos de látex, de alta calidad. En cuanto a los cojines, el material preferido por los fabricantes de sofás de lujo es el plumón, frente a los rellenos de fibra más baratos. La tapicería elegida, tela o cuero, también cumplirá las más altas exigencias. En este post puedes ver cómo distinguir la calidad de las telas, algo no siempre fácil a simple vista.

Muchas horas de trabajo se suman en la producción de un sofá de lujo. Maestros artesanos realizan gran parte de los procesos artesanalmente.

#3 La fabricación

Hay mucho esfuerzo, experiencia, inteligencia y tiempo invertidos en un sofá de lujo. Los mejores fabricantes de sofás, controlan por completo los procesos de fabricación de principio a fin, y gran parte de ellos se hace artesanalmente. Para producir un sofá de lujo se conjugan la maestría de los artesanos, las herramientas más tradicionales y los medios técnicos más avanzados.

#4 La personalización

La posibilidad de elegir entre decenas de telas o de encargarlo a medida es otra de las características de un sofá de lujo. Los fabricantes más exclusivos de sofás ofrecen productos absolutamente personalizables según los deseos del cliente.

El sofá Odeón, de Blasco, se hace a medida (desde 182 hasta 352 cm de largo; y en tres fondos: 100, 106 y 112). Además, el cliente puede elegir entre decenas de telas diferentes, y si lo prefiere tapizado o con funda. Personalización absoluta.

#5 La duración de un sofá de lujo

Estructuras garantizadas de por vida, alta calidad de las suspensiones, resistencia de los rellenos, durabilidad de las telas… Los fabricantes realizan diferentes prototipos y hacen muchas pruebas antes de lle  gar al producto definitivo. Los sofás de lujo están hechos para sobrevivirnos. Porque, como dice el refrán, lo barato muchas veces sale caro…