Estamos en Madrid, en un chalé de los años 70 recién reformado con el objetivo de transformar una casa oscura y muy compartimentada en una casa de espacios diáfanos, amplia y luminosa. El interiorista Luis Puerta se ha encargado de alcanzar esta meta y también de la decoración de los nuevos ambientes, que ahora muestran ese sello suyo tan reconocible. 

En la entrada, un banco gustaviano de la tienda Mestizo contrasta con la escultura de Martín Chirino colocada sobre una peana.  

espacios diáfanosEn el salón encontramos dos sofás de Blasco que comparten espacio con dos butacas Luis XVI. El cuadro es obra de Juan Vallejo. 

 Los dos sofás idénticos están cubiertos por fundas de lino, también procedentes de Blasco. La alfombra es un diseño de Luis Puerta, al igual que las mesas de centro, realizadas en metal y madera recuperada.   

Un buen ejemplo de los espacios diáfanos que se han creado en la casa tras la reforma es esta vista del comedor, amueblado con una mesa redonda, vestida con faldas al estilo de las clásicas camillas, y unas sillas gustavianas. En el distribuidor superior, una mesa tocinera acoge una escultura de Javier León.

Via: Nuevo Estilo 

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