Buscando fotos para este post, me ha dado la impresión de que filosofía wabi sabi significa para muchos algo así como un estilo rústico-japonés-algo-decrépito. Pero no es así, o no del todo, ya en otro post decíamos que esta doctrina es más un estilo de vida, que un look.
La filosofía wabi sabi tiene mucho que ver con cosas y actitudes que seguro que hemos visto en casa de nuestras abuelas si sois de esa generación cuyas abuelas vivieron las postguerra. A mí me vienen a la cabeza un par de cosas: una tabla de cortar de madera, absolutamente desgastada y absolutamente maravillosa después de décadas de uso, y un sencillo mantel de cuadritos vichy, lavado una y mil veces, con un modesto dobladillo de vainica que lo hacía único.
¿Cómo puedes hacer de tu casa una casa con filosofía wabi sabi?
DESPEJA: No hay mejor decoración para un amante del wabi sabi que la luz y el espacio. Hay que resistirse al “horror vacui”, ese miedo al vacío que nos lleva a llenarlo todo. Y nada de acumular objetos agarrándose a argumentos como “Me lo regalaron por la boda” o “Costó carísimo” o “Igual algún día lo acabo necesitando”… Esto no significa que la decoración wabi sabi sea monacal, sino que debes “editar” tu casa.
Vía: Abaton
Haz que las cosas se ganen el espacio que ocupan. Conserva lo que te trae buenos recuerdos, sin importar su valor económico, o aquello que tenga un valor extra, por ser único.
¿Tienes demasiadas cosas de este tipo? Nuevamente hay una antigua práctica japonesa que sale en tu ayuda: tokonoma, una doctrina que propone la rotación de los “tesoros” que posees, por ejemplo según las estaciones del año. Sacas los candelabros de la abuela en invierno, y en verano esos jarrones para flores que trajisteis de un viaje. Destacarás solo algunas cosas especiales, y no saturarás la casa con adornos. Además, cuando las cosas roten te hará ilusión verlas de nuevo. Eso sí, necesitarás un trastero o un lugar donde guardar las cosas por temporadas, pero no te dolerá tanto como tirarlas a la basura o malvenderlas en wallapop.
DECORA BASÁNDOTE EN LA NATURALEZA: Disfruta de la belleza natural, elige diseños con colores, patrones y texturas que se encuentran en la naturaleza. Decora con muebles de madera sin tratar, pon suelos de madera natural o barro, usa tejidos como el lino, el algodón o el yute. Y más fácil aún: añade vida orgánica con flores frescas, plantas bien cuidadas, boles de fruta… Darás color y frescura a cualquier habitación. O llévate la naturaleza a casa, una forma de decorar que nos conecta con el planeta y además es gratis: piñas, ramas, conchas, piedras…
Vía: Poetic Home
Recuerda que la filosofía wabi-sabi prima el desgaste natural de las cosas, con todas sus grietas, desconchados e imperfecciones, ya que forman su propia historia y reflejan el natural paso del tiempo, lo transitorio. Por eso no se plantea ni pulir, ni restaurar ni customizar los objetos.
Respecto al arte, pocas cosas reflejan tanto cómo somos, así que evita el arte “prefabricado” y comprado en grandes cadenas… El wabi sabi encuentra bello lo no convencional, las cosas originales que hacen único un hogar. Así que no hace falta comprar grandes obras de arte, piensa que el DIY (hazlo tú mismo) puede servir, igual que nuestras propias fotos o las obras vintage o de herencia familiar.
LOGRA UN ESPACIO TRANQUILO: Una casa wabi sabi contará con un espacio (o varios) dedicado solo a relajarse, a leer, a escuchar música o a disfrutar del silencio. La tele encendida todo el día es lo menos wabi sabi que hay… El silencio nos da equilibrio y armonía. ¿Te imaginas tratar de encontrar tu yo interior mientras retumba la lavadora o se oyen bocinazos en la calle?
Hay una forma muy wabi sabi de minimizar el ruido: buenas cortinas, ventanas de calidad, estanterías llenas de libros, muebles tapizados y alfombras…
Busca la tranquilidad y los espacios despejados. Sofás similares en Blasco & Blasco
Una curiosidad: La filosofía wabi sabi, con esta forma tranquila de vivir que propugna, ya estaba presente en las teorías de arquitectos y diseñadores tan influyentes en Occidente hace décadas como William Morris, Frank Lloyd Wright o Charles & Ray Eame, en cuanto a la búsqueda de espacios abiertos y simplicidad.
LIMPIA Y ORDENA: Claro que un poco de polvo no es malo, ni que haya algunos juguetes en el salón o unos platos en el fregadero de vez en cuando. La gente real no vive en las casas tal y como salen en las revistas. De hecho, para el wabi sabi sólo las casas vividas tienen autenticidad.
Sin embargo, lo que está limpio y ordenado parece en calma. La limpieza es una muestra de respeto hacia los habitantes de la casa y quienes nos visitan, mientras que el desorden es enemigo de la claridad, no solo física, también mental.
La clave del éxito está más en el mantenimiento diario que en organizar grandes maratones de limpieza cada tiempo. Y respecto al orden, también es recomendable ir poco a poco: mejor empezar por un armario que tratar de ordenar la casa entera. En caso de duda, fuera… A la basura o a una ONG que lo revenda…
Vía: One Kings Lane
Cuando compres algo nuevo, escoge solo cosas útiles para ti o tu familia, y de buena calidad, que perduren y te hagan el día a día más confortable. Lo que no significa alta tecnología, a veces un sencillo utensilio nos resulta más práctico que un gadget lleno de funciones. Y siempre que compres una cosa, sigue este último consejo wabi sabi: tira otra que ya no valga.
Por último, aquí os dejo un link que demuestra que una casa con filosofía wabi sabi no tiene por qué parecer un santuario zen abandonado… ¡Espero que os guste!